Un poco de historia

Campo de desplazados de Faladie, Bamako, Mali

  1. CONTEXTO DE UNA EMERGENCIA HUMANITARIA

Desde principios de 2018, la región del centro de Mali, Región de Mopti y principalmente los pueblos del circulo de Bankas sufren ataques mortales llevado a acabo presumiblemente por cazadores Dogons acompañados de personal civil uniformados de militares. Hombres, mujeres y niños son asesinados sin piedad, degollados o golpeados con las culatas de los Kalachnikov hasta la muerte en presencia de sus familias, las casas y graneros son sistemáticamente quemados y el ganado robado. La masacre de la aldea d´Ogossagou en marzo de 2019 donde más de 160 aldeanos fueron masacrados ha obligado a cientos de Peuls a huir de sus aldeas para refugiarse en la zona de Mopti, Sevare, San, Segou y en Bamako.

  1. EL CAMPO DE DESPLAZADOS DE FALADIE, BAMAKO

El campo de refugiados más grande (desplazados internos) se encuentra en el barrio de Faladie en Bamako. Son cerca de 1400 personas de los cuales prácticamente 900 son niños metidos en cabañas improvisadas de plástico y cartón. Emplazadas sobre una montaña de basura pegado a un mercado permanente de ganado. Esta gente sobrevive allí entre olores pestilentes, humo proveniente del vertedero, las defecaciones y los insectos. Todo bajo temperaturas superiores a 40 grados en la época de calor o convertido en un lodazal gigantesco e impracticable durante la época de lluvias. Los niños están expuestos a riesgos sanitarios inimaginables en medio de la basura y las moscas y mosquitos que proliferan abundantemente en esa zona. Son víctimas de sarna, diarreas, tos crónica, problemas oculares y de piel graves y de peligrosas crisis de paludismo.

3. LOS SERVICIOS SOCIALES EN EL CAMPO DE DESPLAZADOS DE FALADIE

En enero de 2019 los servicios sociales del Estado se establecieron en ese campo unas seis semanas, durante ese periodo había unas 50 mujeres y 200 niños.

En febrero de 2019, los servicios sociales recogieron todo y abandonaron a las familias que quedaron en Faladie, sin ningún tipo de ayuda ni acceso al agua potable. La gente sobrevive mendigando, buscando entre la basura y de las donaciones que van llegando eventualmente al campo, principalmente por parte de particulares. Diferentes organizaciones de ayuda humanitaria han pasado por allí, pero se han limitado a dar una pequeña asistencia, más testimonial que efectiva y no volver a aparecer por allí. Otros simplemente no han hecho nada.

A finales de febrero, los servicios sociales del Estado Maliense crearon un nuevo campo en un antiguo colegio cerrado desde hace 5 años. El lugar está compuesto de un edificio de cinco plantas con aulas únicamente pero dispone de un gran patio cerrado y limpio con un grifo con agua potable. 41 familias del campo de refugiados de Faladie aceptaron irse a este nuevo lugar albergándose en grandes tiendas comunitarias o algunas dentro de las aulas. Las familias que se fueron de Faladie han sido reemplazadas por otras familias recién llegadas.

Existe otro lugar de acogida de desplazados cerca de la aldea de Senou, a 30 kms de Bamako. Un lugar muy organizado y limpio, sin embargo bastante alejados de la aldea más cercana y con una gestión de las donaciones de dudosa transparencia.

Las chozas del campo de desplazados de Faladie son muy precarias y frágiles, construidas con ramas y plásticos. La basura, los excrementos, el humo de basura quemada y el polvo creaban un entorno inhabitable e irrespirable. Sin embargo, estas familias no tienen más opciones que permanecer allí, no tienen otro lugar donde ir.

Las prioridades con las que me encontré nada más llegar a Faladie, fueron suministrarles alimentación básica, plásticos para cubrir sus cabañas y asistencia médica de urgencia.

Un coche de segunda mano fue la única ayuda que tuve inicialmente para transportar alimentos, medicinas y trasladar enfermos graves al hospital. Los casos de asistencia básica como cuadros febriles, deshidratación, sarna, problemas oculares, cortes, diarreas,… los trataba en medio del campo de basura usando el capo del vehículo como camilla improvisada. Los casos más graves los iba acomodando en el coche para evacuarlos posteriormente al hospital.

La entrega de alimentos no era fácil debido a la gran cantidad de familias que demandaban ayuda. Solo se podía entregar alimentos a aquellos que estaban en peores condiciones, por lo que había ir visitando las tiendas para conocer la situación particular de cada familia. Los ancianos o mujeres con niños y sin cabeza de familia eran los casos prioritarios.

4. OPERACIÓN DE LIMPIEZA EN FALADIE

En abril de 2019 se realiza, junto a numerosos voluntarios de diferentes países, una operación de limpieza en el campo de desplazados. Armados con rastrillos, palas e incluso una excavadora, se intenta darle un mínimo de habitabilidad al lugar pero la misión se hace imposible. Por más que se retiraba basura, más mierda aparecía. Era evidentemente que estábamos limpiando en medio de una montaña de deshechos.

Igualmente se distribuyeron 150 lonas de plásticos para cubrir las chabolas, un desembolso de unos 2000 euros, cantidad insuficiente ya que solo pudo cubrirse las necesidades de la mitad de la población. Posteriormente se fue entregando lonas a medida que se iba acercando el periodo de lluvias, casi todos fueron provistos de una antes de la temporada húmeda.

5. LA SITUACION HIGIENICO-SANITARIA SE AGRAVA

Durante los meses de junio hasta septiembre, aumentaron enormemente los problemas de salud, por un lado debido a los estragos que causan las lluvias y por otro lado al prolongado tiempo que estas personas están soportando en unas condiciones tan extremas. La gente se estaba debilitando, aumentaban los casos de desnutrición severa, sobre todo en niños y ancianos. Las enfermedades iban aumentando. Cada vez había más casos de sarna, paludismo, enfermedades intestinales, cutáneas, pulmonares y oculares.

Los continuos traslados de enfermos al hospital hicieron necesario contratar por dos meses a una persona del campo (90.000 xof/mes =137 euros) para que me ayudase con los traslados, acompañamiento y su transporte en taxi al hospital, cuando no daba abasto con mi vehículo. Durante esos meses las facturas hospitalarias superaban los 200 euros semanales.

A pesar de las continuas denuncias que hacía en las redes sociales sobre la situación que sufrían estas personas, nadie atendió a la llamada de auxilio. Solo familiares, amigos y particulares, ayudaban con sus donaciones a sufragar los numerosos gastos.

Polo Inversiones, se convierte en el principal benefactor y posibilitó que la mayoría de la gente pudiera ser atendida gracias a sus donaciones. La asociación ASMUN Solidarios por el mundo, se encargó de recibir, gestionar y entregarme todas las donaciones.

6. OCHA VISITA EL CAMPO DE DESPLAZADOS DE FALADIE

En septiembre de 2019, OCHA (Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU) se presentó en el campo de desplazados de Faladie. Podríamos definir a OCHA como el altavoz que reúne y coordina a todas las grandes organizaciones de ayuda humanitaria para tomar decisiones en un determinado asunto. OCHA fue testigo de la situación tan grave que se está viviendo en Faladie. Durante sus visitas tomaron fotos y notas. En una de estas visitas pudieron observar como yo asistía a un bebe inundado de sarna encima del capo de mi coche. Y en otra visita un miembro de OCHA se vio obligado a trasladar a un bebe prematuro que se estaba muriendo al hospital. Les rogué que por favor interviniesen de algún modo para ayudar a las familias, cuya situación era desesperada. Con gesto preocupado, se retiraron prometiendo convocar una reunión urgente con otros organismos para establecer medidas urgentes, para aliviar la situación en la que malvivían y malviven las familias. Tras una tercera visita al campo de Faladie, no se ha vuelto a saber nada de OCHA.

7. ALQUILER DE UN TERRENO Y CONTRATO DE SERVICIOS MEDICOS

Ante las escasas esperanzas de una posible actuación por parte de OCHA o cualquier otro organismo, y ante la alarmante situación que se vivía en el campo, se hacía necesario replantearse el método de trabajo. Los costes hospitalarios eran muy costosos. Y tener que asistir a las personas en medio del campo de basura bajo temperaturas superiores a 40 grados era insoportable y agotador. La solución más económica y efectiva era traer los médicos al campo y así proporcionar una asistencia continua y estable a las familias de Faladie.

El 04 de octubre de 2019 se consigue alquilar un pequeño terreno pegado al campo por 110.000 xof/mes (167 euros/mes) más un mes de fianza El terreno consta de:

Zona 1 (60.000 xof/mes = 91 euros): Consiste en un gran patio y cinco habitáculos. Con ello estaba garantizado un lugar donde trabajar y donde poder organizarnos. Los cuartos serían utilizados para crear un dispensario, una sala de consulta, dos almacenes y un cuarto para los guardianes. Los mismos desplazados ayudaron a limpiar el terreno y los habitáculos. Las puertas y techos de los habitáculos fueron posteriormente proporcionadas por la comunidad Libanesa. Se compró una gran carpa para fijarla en el patio, bajo cuya sombra se establecería en un futuro la escuela.

Zona 2 (50.000 xof/mes = 76 euros): Es un terreno abierto donde se alojan unas 30 familias. Únicamente se usa para zona de aparcamiento y recepción de donaciones.

8. EMPIEZA A LLEGAR MAS AYUDA

A mediados de octubre de 2019 recibo la llamada de un empresario afincado en Bamako. Sus palabras son estas: “Hola, quiero ayudarte, ya no estás solo”. Y así fue como la comunidad libanesa se volcó a ayudar a esas familias del campo de desplazados. Ese mismo mes llegaron tres caminos cargados de alimentos, medicinas, colchones y utensilios para las familias. Una generosa donación que alivió de manera efectiva las penurias que estaba sufriendo estas personas. El patio del terreno alquilado sirvió para realizar la distribución a todas las familias, y el stock sobrante pudo guardarse en los habitáculos que ya estaban acondicionados para su almacenaje.

Una noche después intentaron robar todo lo que había almacenado. Gracias al guardián que teníamos contratado (30000 xof =45 euros/mes), se pudo evitar el robo. Días después nos vimos obligados a contratar un segundo guardián (30000 xof =45 euros/mes) y armarlos con palos y machetes ante el incremento de la inseguridad y reforzar las puertas.

Gracias a la donación de la comunidad Libanesa se consiguió abastecer el dispensario con suministros suficientes para atender a los enfermos y poder comenzar las consultas médicas. Actualmente se carece de material médico profesional y mobiliario clínico. La consulta consta de dos mesas y dos sillas para los médicos, una mesa a modo de camilla y un banco para los pacientes.

9. LOS SERVICIOS MEDICOS COMIENZAN A TRABAJAR EN FALADIE

El 9 de noviembre de 2019 comenzó a trabajar el equipo médico en el campo de desplazados de Faladie. El equipo está integrado por 3 médicos, una enfermera y una farmacéutica (275.000 xof /mes = 419,23 euros/mes). El primer sábado se asistió a unas 130 personas, el siguiente sábado 81 personas,… El número de personas asistidas ha ido disminuyendo significativamente cada semana. Igualmente, el número de personas que han sido trasladas al hospital también han disminuido. Ha día de hoy nos estamos planteando prescindir de un médico y tener solo dos.

Las familias ya saben que los servicios médicos vienen todos los sábados, así que ya no es necesario ir por las chabolas informándoles, sin embargo hay casos de personas muy enfermas que es necesario localizarlas y trasladarlas en silla de ruedas a la consulta.

Se cuenta también con una habitación donde se almacenan los medicamentos. Hay dos armarios donde se guardan con llave todas las medicinas y a las que actualmente tiene solo acceso la farmacéutica, la enfermera y Vicente Cabanillas. En esa misma habitación hay dos mesas con un colchón que se usan como camillas para atender a los enfermos.

En diciembre se contrató una enfermera (30.000 xof/mes = 45,73 euros) que está en el campo de lunes a viernes para administrar los medicamentos recetados por los médicos a los desplazados. En la mayoría de los casos las familias no están familiarizados con la administración de un simple jarabe o de un ibuprofeno y la enfermera debe enseñarle a usarlos.

10. COMIENZA EL COLEGIO EN FALADIE

El 18 de diciembre de 2019 se inauguró la humilde escuela del campo de desplazados de Faladie. Se contrató un profesor (60.000 xof = 91,47 euros) que da clases de alfabetización a los niños de lunes a viernes. Los niños se reúnen de bajo de una carpa de plástico que los protege del sol (400 euros) y se sientan en el suelo donde se colocan esterillas de plástico (donadas por el Consulado del Líbano). El índice diario de niños que asisten al colegio de momento es alto, unos 80 niños..

Ezequiel Martin, que actualmente vive en Bamako, proporciono 100 bolsas escolares con su pizarrín de tiza, su cuadernillo, su bolígrafo, lápiz, goma y sacapuntas. La hermana Carmen de la Misión de las hermanas de la Inmaculada Concepción en Bamako facilito la pizarra y un donante particular, desde España ingreso 700 euros para cubrir el salario del profesor durante 7 meses.

Los primeros días de clases se observó que muchos niños llegaban a clase hambrientos, de modo que se ha establecido un presupuesto de 262.000 xof/mes (400 euros mensuales) para cubrir los desayunos de 100 niños, consistente en leche o zumo, pan y plátanos. Estos desayunos igualmente sirven de reclamo para que los niños asistan a la escuela.

11. LA SITUACION ACTUAL EN FALADIE

Se nos ha informado de que existe la posibilidad de que en abril de 2020 el campo de desplazados de Faladie sea eliminado por el estado maliense. Por supuesto, no se espera que el Estado maliense tenga programado ningún tipo de plan alternativo de reubicación para estas personas.

La solución a la crisis de los desplazados exige la implicación de grandes organizaciones humanitarias y del Estado maliense. Ambos se echan la pelota el uno al otro, las grandes organizaciones argumentan que para actuar requieren de una llamada de auxilio por parte del Estado maliense y estos últimos no reconocen que exista una situación de crisis humanitaria en el campo de desplazados de Faladie.

A día de hoy la situación en el campo de desplazados de Faladie está un poco más controlada, gracias a la actuación que se ha llevado a cabo para cubrir las necesidades mínimas; alimentación, salud y educación. Sin embargo mientras estas familias permanezcan en ese lugar y en esa situación, únicamente se estará poniendo un parche al problema.

Actualmente, quizás lo más difícil en el campo de desplazados de Faladie es gestionar el personal laboral. Es complicado encontrar personas en las cuales depositar la confianza para gestionar la cantidad de cosas que hay que hacer, como recepcionar donaciones, supervisar los servicios médicos y la escuela, pagar los salarios y alquileres, visitar a las familias, vigilar el almacén,… Ha habido que expulsar personas contratadas del campo por intentar robar, despedir a otros por vagos y mentirosos, enfrentarse a mafiosos que venían exigiendo dinero o donaciones, asociaciones de dudosa honestidad que aprovechaban la oportunidad para intentar quedarse con parte de las donaciones,… y un sin fin de obstáculos que hacen muy arduo y difícil el trabajo en el campo. A mediados de enero de 2020, después de trabajar un año en el campo de desplazados de Faladie, termino mi contrato en la Embajada de España en Mali y regreso a mi país. He depositado mi confianza para continuar la gestión y supervisión de las actividades de asistencia a estas familias en Ezequiel Martin, ciudadano argentino y en Bok Konate, maliense, ambos residentes en Bamako.

El 30 de diciembre de 2019 por motivos personales y profesionales rompí totalmente mi relación con el señor Karl Babin, con quien llevaba trabajando en el campo de desplazados de Faladie desde inicios de año. Ciertos comportamientos de esta persona hacia las familias de fuera y dentro del campo me parecían reprobables e impropias de alguien que se dedica a realizar ayuda humanitaria. Por tanto, todas las tareas que realice a partir de 2020 en el campo de desplazados no tendrán ninguna vinculación con ese señor.

Hasta ahora, solo la Asociación Española ASMUN y puntualmente otras Ongs han estado ayudando a gestionar los gastos que supone llevar para adelante el dispensario, el servicio médico, la escuela y la distribución de alimentos.

Regularmente llegan al campo diferentes asociaciones y particulares que vienen a entregar alimentos, medicinas, ropa, zapatos, mantas,… Algunas lo hacen directamente en el campo sin recurrir a nosotros y otras vienen a entregarlo a nuestra parcela para que nos encarguemos de la distribución como asociaciones francesas, malienses, cameruneses, el consulado del Libano, el Hotel Azalai, La Orden de Malta,… y otros han realizado transferencias bancarias como HIMAYA, Asmun, Polo Inversiones, Help Solidarity Project…así como muchísimos otros particulares.

En diciembre llego al campo de Faladie, Jose Vicente Carro Cabaniñas, miembro de una pequeña asociación llamada Help Solidarity Projects, quien acompañado de un maliense llamado Bok Konate, al cual se le ha contratado (70.000 xof/mes = 100 euros), ambos están ayudando a gestionar y buscar fondos para el campo, el dispensario, los servicios médicos y la escuela. José Vicente estuvo en Bamako hasta el 05 de febrero.

En enero de 2020 tiene previsto tomar parte de forma activa en el campo de desplazados la Ong BAMBINI NEL DESERTO que aportaría una ayuda inicial de 8000 euros y posteriormente tenia previsto invertir otros 20.000 euros. Tras denunciar y encarcelar a su colaborador, el francés Karl Babin por delitos de abuso de menores, la ong resolvió el contrato con esa persona y desapareció.

Seguimos insistiendo para que organizaciones como Médicos sin fronteras, Acción contra el Hambre, Unicef o Acnur, se impliquen para dar solución a esta crisis humanitaria.

    MEDICAMENTOS

    Han sido donados por el Consulado del Líbano y por particulares. No sabemos si el consulado del Libano seguirá aportando ayuda o no, de modo que cualquier donación para temas médicos es bienvenida.

    ALIMENTOS

    Ha habido dos grandes donaciones por parte de la comunidad Libanesa. Una en noviembre y la otra en diciembre. En ambos casos tres camiones llegaron cargados con ayuda humanitaria y han resulto un problema muy grave de hambruna en el campo. Actualmente hay stock de alimentos en el almacén del campo. Que si bien no llega para todo el mundo, sirve para cubrir las necesidades más urgentes.

      12. LA SOLUCIÓN: LA CREACION DE UN CAMPO DE ACOGIDA PARA DESPLAZADOS

      - Es necesario crear de manera urgente un campo de acogida para desplazados que huyen de los conflictos en el norte de Mali por parte del Estado maliense. Un lugar donde puedan tener una vida digna y que puedan auto gestionarse sin tener que depender de la caridad.

      Es incompresible como ni el Estado Maliense ni grandes organizaciones internacionales se han puesto manos a la obra para remediar esta crisis humanitaria, un problema que finalmente terminará estallándoles en la cara, porque las previsiones es que sigan llegando más desplazados a Bamako.

      - La otra alternativa es alquilar o comprar un terreno donde puedan reubicarse todos estos desplazados. Un lugar que reúna las condiciones idóneas para poder vivir y que tampoco exista riesgo de conflicto con otras aldeas cercanas. La creación de un nuevo campo permitiría converger en un solo lugar todas las ayudas procedentes de diferentes ongs y particulares.

      Su creación implicaría los siguientes gastos:

      1. Compra o alquiler de un terreno para albergar un mínimo de 2000 personas.
      2. Creación de cabañas.
      3. Construcción de un pozo con bomba manual.
      4. Construcción de una letrina comunitaria.
      5. Construcción de una escuela.
      6. Distribución de material de menaje y alimentos.
      7. Compra de ganado para que puedan ser autosuficientes (Vacas y cabras).

      No podia conciliar el sueño por las noches. Pero no porque estaba estresado en mi trabajo ni porque tenia ningún problema familiar. Lo que me quitaba el sueño eran cerca de mil vidas. Las de las mujeres, los niños y los adolescentes que luchaban por sobrevivir en un basurero. En un terreno infestado de desperdicios y plagado de bichos a las afueras de Bamako, la capital de Mali.

      Hasta esa ciudad del África occidental, llegué como policía nacional en 2018. Para trabajar en la Embajada de España, donde prestaba labores de seguridad. “Pero la realidad te golpeaba y no te dejaba indiferente. Un día pasaba por allí y no daba crédito a lo que estaba viendo. ¡Viven entre la mierda! ¡Es tremendo!”

      Los habitantes del vertedero son desplazados del norte del país, que han tenido que huir por conflictos étnicos y que se han quedado “en tierra de nadie”. “No han tenido más remedio que dejar sus hogares porque las tribus enemigas barren sus pueblos, les roban el ganado, queman sus aldeas...” Acudía hasta ese basurero tres tardes a la semana.
      Y lo hacía en un Seat Ibiza rojo de segunda mano, que me compré allí por 1.000 euros y que utilizaba para transportar a las personas más afectadas hasta una clínica cercana al campo.

      “¿Que de dónde sacaba los alimentos y las medicinas? Mi familia y amigos y conocidos me ayudaban y me envíaban dinero. Muchos me iban conociendo atraves de mis publicaciones en Facebook.

      Ahora despues de dos años nace la Asociacion La Sonrisa de Mamdou con el firme compromiso de continuar ayudando desde España a estas familias malienses que viven en la miseria mas absoluta.

      Agradecimiento especial a Ricardo Polo, empresario Sevillano y amigo mio del colegio “de toda la vida” y a la asociación granadina Asmun por todo el apoyo recibido.